MANIFIESTO Por una economía circular justa, inclusiva y con impacto real
En el marco del Basque Circular Summit 2025, dada la situación de colapso de distintas empresas de la economía circular a nivel europeo y ante el reto del desarrollo del Real Decreto de gestión de residuos textiles en España, nuestro modelo de economía social corre peligro.
Se trata de un modelo que, desde hace 50 años, mantiene un firme compromiso con la sostenibilidad, la inclusión social y la innovación.
En este contexto, hacemos público este manifiesto para visibilizar los principios que lo sustentan y defender la necesidad de un sistema de gestión de residuos justo y equitativo.
Reivindicamos:
- Priorizar la reutilización antes que el reciclaje para reducir el impacto ambiental.
La jerarquía de residuos establece una hoja de ruta clara: primero reutilizar, después reciclar. Apostamos por dar una segunda vida a los productos, especialmente el textil, como vía prioritaria para reducir el impacto ambiental. Se debe promover el aumento de la capacidad de clasificación local, clave tanto para mejorar la eficiencia medioambiental como para generar empleo de calidad en el ámbito local.
- Mantener dentro de la economía circular la conciencia social
La economía circular debe generar también justicia social. Las empresas de inserción somos un ejemplo, durante más de 35 años, de cómo es posible combinar sostenibilidad ambiental con oportunidades laborales para personas en situación de vulnerabilidad social.
- Reconocer y reforzar un modelo ya avalado por los 50 años de trayectoria
Defendemos el modelo vasco de gestión de textil y voluminoso un modelo sólido y consolidado, basado en la colaboración público-privada, el compromiso institucional a largo plazo y la innovación, que ha demostrado ser eficaz y replicable.
- Invertir en infraestructuras de economía circular.
Las plantas de tratamiento, los puntos de recogida, las tiendas de segunda mano, los centros de preparación para la reutilización (CPR) o los sistemas de trazabilidad requieren apoyo económico e institucional para garantizar su viabilidad y expansión.
- Exigir el cumplimiento de la ley de contratos públicos reservados a las empresas de inserción.
La Ley 7/2022 debe aplicarse sin excepción en todos los territorios. Es imprescindible que, como ya se hace en Euskadi, se garantice la reserva a empresas de inserción en la gestión de residuos textiles y voluminosos. Esta obligación de reserva debe hacerse extensiva a los contratos con transportistas y gestores de residuos que realicen los SCRAP de textil y voluminosos.
- Impulsar las empresas de inserción por los SCRAP.
Los sistemas colectivos de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP) deben incorporar a las empresas de inserción en sus órganos de gobierno, asegurando su participación activa en la toma de decisiones, una financiación justa y suficiente, y un acceso equitativo a la gestión.
- Impulsar la innovación para transformar residuos en oportunidades.
Desde tecnologías innovadoras para el reciclaje hasta nuevos modelos de tienda o reparación y rediseño textil, apostamos por soluciones creativas que alarguen la vida útil de los productos y fomenten el consumo responsable.
- Más recogida, más proximidad, más concienciación.
Es necesario aumentar la recogida separada, a la vez que se protege la red que ya tenemos implantada las empresas de inserción, y fomentar la reutilización local con una red de tiendas cercanas y atractivas, campañas educativas, iniciativas de intercambio, upcycling y reparación, que conecten con la ciudadanía.
- Fomentar un mercado viable para las materias primas secundarias.
Exigimos objetivos legales, políticas y alianzas que permitan crear un ecosistema industrial donde los materiales reciclados posconsumo tengan demanda y valor, cerrando así el ciclo de vida de los productos textiles. Es necesario que se potencie la compra pública responsable de estos productos reciclados.
- Participación de las empresas de inserción en los órganos de gobernanza y decisión de los SCRAP
Las empresas de inserción debemos participar en los órganos de gobierno y decisión de los SCRAP de textiles y voluminosos, así como en el diseño de las políticas públicas, para que la economía circular no solo sea verde, sino también justa, participativa y humana.